Andanzas y aventuras misioneras del P. Jojo

El día de la fiesta de San Francisco Javier, el P. Jojo organizó una peregrinación a la isla de Shangchyun, donde murió San Francisco Javier. Hay que ir por tierra y por mar y el lugar está a unos 120 kilómetros de Macao. Dejemos que él nos cuente esta aventura:

Peregrinación a la isla Shangchyun

El 2 de diciembre fuimos en peregrinación a Shangchyun, la isla en China donde murió San Francisco Javier. En el grupo éramos 66, de 7 nacionalidades y empezamos nuestro viaje con la celebración de la Eucaristía en Macao. Después de la misa debíamos pasar por barco la frontera de Macao a China. Debido al mal tiempo y al tráfico algunos de nosotros llegamos tarde al departamento de inmigración. Para sorpresa nuestra sucedió que los agentes de inmigración ese día también llegaron tarde y por eso pudimos cruzar la frontera en la fecha prevista y llegar a tiempo para seguir viaje en los autobuses que nos estaban esperando al otro lado de la frontera. Mientras estábamos en el barco recibimos una llamada informándonos que debido al mal tiempo no había barco para pasar del continente a la isla cuando llegáramos allá y que debíamos cancelar nuestra peregrinación. Les informamos que la peregrinación seguía y que los autobuses nos estaban esperando para el trayecto de hora y media hasta llegar al lugar donde debíamos abordar el otro barco. Que entendíamos que el mal tiempo no permitiría zarpar al barco y que nos contentábamos con mirar a la isla desde lejos, rezar y regresar. Pero al llegar allí cambió el tiempo y lo que era imposible una hora antes fue posible y pudimos llegar a la isla, celebrar la Eucaristía (con permiso especial pues sacerdotes extranjeros no pueden presidir la Eucaristía en China) y luego regresar con el mar tranquilo. No nos cabía duda que este ‘milagro’ se produjo debido a la poderosa intercesión de San Francisco Javier.

El P. Jojo celebrando la Misa en el lugar donde murió San Francisco Javier.
Grupo de peregrinos en la capilla de la isla de Shangchyung

Florecillas de la Navidad 2012

La Navidad de este año es muy significativa para mí, por muchas razones. Les comparto un par de experiencias personales en estos días. 

El día 20 de diciembre recibí una llamada telefónica de nuestro consulado indio en Hong Kong solicitando nuestra ayuda para acomodar a una persona aquí en Macao. La noche del 21 la persona en cuestión vino a Macao y el 24 antes de salir de Macao me dijo: “Padre, yo no soy católica, pero me ha alojado y acompañado, y ahora no tengo palabras para expresar mi agradecimiento y gratitud por todo lo que ha hecho. Ahora entiendo el significado de la Navidad. La Navidad es una celebración del amor”.
Cuando dijo estas palabras al niño Jesús nacía en mi corazón.

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El 28 de diciembre tuvimos una misa y celebración de Navidad en la cárcel de Macao. Después de la sagrada comunión, todos los reclusos comenzaron a cantar llenos de alegría y agradecimiento. Después de la misa hubo veneración del Niño Jesús, cada uno de ellos tuvo un momento de oración frente al niño Jesús y allí saltaron las lágrimas de todos los presentes. Fue una experiencia emocionante ver el corazón de cada uno de ellos orando y llorando de arrepentimiento. Antes de salir de la cárcel, nos dijeron que era la primera vez que tuvieron la oportunidad de participar en una misa en la cárcel. Con un corazón agradecido nos dijeron gracias por venir a celebrar la Navidad con nosotros. Hoy en día entendemos lo que la Navidad significa para nosotros. Es una celebración de amor y de compartir. 

Este fue un momento particular en el que sentía que Jesús había nacido de nuevo en mi corazón.